Todas las cosas que tiramos por el desagüe y que ensucian el agua
Número de registro: 26
Personas: Gálvez, Miguel Ángel, subdirector de Depuración y Medio Ambiente del Canal de Isabel II, Herrero, Daniel, Water Specialist de Idrica, Martínez, Cristina, responsable de área ECO BIO Tecnologías del CETIM Centro Tecnológico
Endidades: CETIM, Centro Tecnológico, Canal de Isabel II, Comunidad de Madrid
Lugares: Madrid
Contenidos: agua, agua residual, tratamiento de residuos
Fecha de publicación: 01/03/2024
Medio: HOY
Soporte: Digital
Secciones El Periódico Extremadura:
Secciones HOY: Antropía
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Descripción Material Gráfico:
Tipo de fuente 1:
Fuente de información 2:
Tipo de atribución: Atribuidas
Número de fuentes: 3
La noticia hace referencia a mujer investigadora: No
Campo de conocimiento 1: Medio ambiente
Campo de conocimiento 2:
Género periodístico: Reportaje
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Resumen:
Cada día, millones de personas tiran por el desagüe productos como aceite usado, toallitas húmedas, bastoncillos, compresas, medicamentos o restos de comida, sin ser conscientes del daño que causan al sistema de aguas residuales y al medio ambiente. Estos residuos sólidos y sustancias químicas atascan tuberías, colapsan las estaciones depuradoras y contaminan los ríos y acuíferos. El aceite, por ejemplo, se solidifica en las cañerías como si fuera mantequilla, y las toallitas, que no se degradan como el papel higiénico, forman verdaderas islas de residuos. Además, el vertido de fármacos o productos de limpieza afecta la calidad del agua y complica su recuperación, en un contexto de creciente escasez hídrica.
Ante este problema, los expertos subrayan la necesidad urgente de educar a la ciudadanía sobre el valor del agua y el correcto uso del sistema de saneamiento. La gestión del agua requiere personal, infraestructura y tecnología avanzada —como sensores e inteligencia artificial— para anticipar atascos y optimizar procesos. También se promueven soluciones sostenibles, como las «ciudades esponja», que filtran el agua de lluvia, y las depuradoras convertidas en biofactorías capaces de generar biogás, recuperar nutrientes como fósforo o nitrógeno, e incluso metales. Lejos de ser un simple residuo, el agua usada se está convirtiendo en un recurso clave para afrontar los desafíos del cambio climático y la sostenibilidad urbana.