Cómo reconocer las setas venenosas de las que no lo son

La Sociedad Micológica Extremeña advierte sobre los peligros de recolectar y consumir setas sin un conocimiento preciso de las especies, ya que muchas setas venenosas comparten características con las comestibles. Un ejemplo claro es la similitud entre la mortal amanita verna y el champiñón, ambas con anillo y color blanco. Por ello, los expertos insisten en que no se deben establecer generalidades para diferenciar setas venenosas de las seguras, y subrayan la importancia de conocer con exactitud cada especie antes de consumirla.

Algunos elementos como la volva, el anillo, el color, el olor, la viscosidad o el tamaño pueden ofrecer pistas, pero no son determinantes por sí solos. Incluso rasgos como los pigmentos blancos en el sombrero, que suelen asociarse con setas tóxicas, también pueden estar presentes en especies comestibles. Entre las especies más peligrosas y frecuentes en la región se encuentran la Amanita phalloides (u oronja verde) y las lepiotas. En definitiva, el mensaje es claro: para evitar intoxicaciones, no hay que guiarse por apariencias, sino por un conocimiento riguroso y especializado.